sábado, 13 de febrero de 2010

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN SOBRE APRENDIZAJE COOPERATIVO




Este blog es un espacio creado para el trabajo en equipo del profesorado del IES "La Rábida" que participa en el Proyecto de Investigación "Integración de estrategias de aprendizaje cooperativo en el aula bilingüe" (PIV 080/10)

En este blog iremos recogiendo los materiales necesarios para la actualización metodológica sobre el aprendizaje cooperativo y también será un espacio común de trabajo donde compartir ideas, materiales, etc.

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El Aprendizaje Cooperativo es un término genérico usado para referirse a un grupo de procedimientos de enseñanza que parten de la organización de la clase en pequeños grupos mixtos y heterogéneos donde los alumnos trabajan conjuntamente de forma coordinada entre sí para resolver tareas académicas y profundizar en su propio aprendizaje.

Dos autores de referencia, los hermanos David y Roger Johnson, ambos psicólogos sociales, lo han definido como aquella situación de aprendizaje en las que los objetivos de los participantes se hallan estrechamente vinculados, de tal manera que cada uno de ellos "sólo puede alcanzar sus objetivos si y sólo si los demás consiguen alcanzar los suyos".

8 comentarios:

  1. Me gustaría compartir con vosotros un artículo de Cuadernos de Pedagogía (Nº360 SEPTIEMBRE 2006 Nº IDENTIFICADOR: 360.012)
    sobre la Pedagogía Sistémica que nos han ofrecido para su análisis a los directores en prácticas onubenses. A ver qué os parece. Un abrazo a todos.

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  2. Echad un vistazo a este artículo. Por supuesto, en la misma línea.

    http://www.xtec.cat/~cparella/Articles/LaPedagogiaSistemicaPedroBallarin.pdf

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  3. Dado que la pedagogía sistémica se maneja en un contexto
    educativo, resulta necesario mirar cómo traducimos e integramos
    los principios que sustentan los órdenes del amor
    para que nos sirvan de orientación en la tarea escolar:
    - La importancia del orden, qué fue antes y qué está después;
    tendría que ver con la vinculación entre generaciones
    (tanto para el alumnado como para los docentes).
    - La importancia del lugar desde donde cada cual mira lo
    que le corresponde; tendría que ver con las funciones, quién
    es y cómo hace de padre, de madre, de maestro, de Administración,
    etc. (los padres dan y los hijos reciben, los maestros
    ofrecen y los alumnos toman).
    - El valor de la inclusión, en contrapartida con las implicaciones
    de la exclusión; el aula, la escuela, como un espacio de
    comunicación en el que todos tienen un lugar (la pertenencia).
    - El peso de las culturas de origen, que tiene que ver con
    la fidelidad al contexto del que provenimos (lo que también
    podemos llamar, de una forma más amplia, la conciencia).
    - La significatividad de las interacciones; todos los miembros
    de un sistema están vinculados a los otros, irremediablemente,
    lo cual es especialmente interesante en el sentido de
    que cuando uno de esos miembros muestra algún tipo de
    síntoma, la razón de ser de éste no está tanto en la forma
    concreta que toma sino en la información que da al sistema
    de que hay alguna cuestión que no resulta funcional
    para el bienestar colectivo y personal.

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  4. Conste que lo anterior no lo he escrito yo; lo he seleccionado del artículo mencionado de Cuadernos de Pedagogía...

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  5. Sigo seleccionando:

    Cuando un docente está bien ubicado, tiene una buena
    percepción y respeta y reconoce profundamente lo que hay,
    tanto en su sistema como en el de su alumnado, y por tanto
    está en una buena disposición para enseñar, para poner límites
    y acompañar, porque adquiere una autoridad natural. De
    esta manera también podrá situarse junto a los padres como
    aquel que colabora durante un tiempo limitado en el crecimiento
    armónico de sus hijos e hijas, además de poderlo
    hacer en el plano del trabajo en equipo con sus colegas del
    centro, sin interferir en las funciones de cada uno de ellos, sin
    pedir cuentas ni pasar facturas por lo que se hace o se deja
    de hacer.
    Los seres humanos aprendemos distinguiendo, percibiendo
    las diferencias y las semejanzas. En pedagogía sistémica
    lo que hacemos es ampliar la mirada, distinguiendo esas diferencias,
    desarrollando la capacidad de reconocer la conciencia
    de cada contexto y lo que con ella se maneja, de manera
    que a través de esa sensibilidad podamos pasar de la confrontación
    de “buenas y malas” conciencias, a un espacio de
    interacciones respetuosas en el que podemos mirar en todas
    las direcciones, evitando caer en la exclusión y en la descalificación.
    Porque el enfoque sistémico-fenomenológico nos
    ha permitido percibir que no existen verdades universales,
    que nada es absolutamente perenne, y que las personas actuamos
    desde las buenas intenciones y el amor, a pesar de
    que a veces ambos no sean motivos suficientemente funcionales
    para el equilibrio y el bienestar de los propios sistemas.

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  6. Y termino:

    Regresando a una de las referencias, o constataciones que
    incluía en el inicio de este documento, no hay ninguna duda
    de que estamos en una época de cambios muy importantes,
    a todos los niveles, que afectan particularmente a la estructura
    familiar y a la institución escolar. Podemos dejarnos llevar
    por el pesimismo circundante y pensar que se trata de cambios
    a peor, aunque ciertamente esta mirada no nos ofrece
    ningún tipo de alternativas. El paradigma sistémico-fenomenológico,
    y en este caso la pedagogía sistémica, nos sitúa en
    la tesitura de mirar lo que hay, respetarlo en todas sus dimensiones
    y actuar en consecuencia, desde el lugar que ocupamos,
    asumiendo la responsabilidad que nos corresponde, sin
    inmiscuirnos en territorios y tareas que no nos competen.
    Angélica Olvera dice: “En la pedagogía sistémica se enseña
    desde el profundo respeto y amor por la vida, este respeto
    y este amor empiezan por uno mismo, y ello comporta
    pedir permiso a los que nos permitieron ser”. Es un bello
    reto, cargado de confianza y esperanza; en definitiva, un acto
    de reconocimiento, de amor –tal y como muestra Maturana
    en su biología del conocer y el amar– hacia aquellos que nos
    dieron la vida y estuvieron antes que nosotros, con el deseo
    de dejarnos lo mejor posible. Con esta nueva mirada tenemos
    la oportunidad de continuar el apasionante devenir de la
    vida sabiendo que, sin empujar aguas arriba, nuestra tarea,
    sea como padres sea como docentes, dejará una larga estela
    de luz para orientar a las jóvenes generaciones.

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  7. Por favor, os suplicaría que no caigáis en la crítica fácil de lo ingenuo o lo empalagoso... A ver si somos capaces de hablar de Pedagogía, del Arte de la Pedagogía y del Amor (que siempre es compartir) sin obstáculos ni matices.

    Y si a alguno le molesta lo de las constelaciones... que deje el artículo y lea a Montaigne; sería casi casi lo mismo. Pero, claro, ya estaríamos ante un clásico...

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  8. te agradezco por la información espero que sigáis escribiendo

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